O casi... porque gracias a Fermín, que nos dió el aviso en su blog, me entero que Miguel Nonay no puede viajar en el Ave por tener que utilizar habitualmente su silla de ruedas especial. La que vemos en la foto.
Como tantas otras veces en este país, una cosa es la propaganda -¡oh, qué bonito todo!- y otra, la cruda realidad -¡vaya mierda!-.
Pienso qué sociedad es esta que sólo pone trabas a los discapacitados, como si no tuvieran ellos ya bastante con sus problemas.
Información de interés para discapacitados:
Guía de Servicios Ferroviarios para viajeros con discapacidad
3 comentarios:
Ah, pero eso sí, somos más majos y más progres que nadie, ¡qué vergüenza!
Te damos la razón y nos preguntamos como es posible que tanta modernidad no sea capaz de tener en cuenta que no todo el mundo puede desplazarse sobres sus dos piernas y no construyan transportes públicos que tengan en cuanta este tipo de limitaciones, porque al igual que un minusválido le ocurre a personas con obesidad mórbida que se ven excluídas de transportes y lugares de ocio porque los asientos no estan habilitados para su peso.
Como dice Juan !una vergüenza!
Saludos
Sí, una vergüenza.
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